Sábado 27 de diciembre de 2008. Hoy inauguramos la temporada de montaña invernal con el objetivo de subir a la Sagra por su cara norte, más conocida como el embudo (en el centro de la foto). La primera foto no es de esta salida sino de una anterior. En esta ocasión las nubes la ocultaban.
Comenzamos la aproximación a la entrada del embudo desde los collados de la Sagra tomando el camino de la umbría de la Sagra. Hay que dirigirse hacia la fuente de los paradores, que sirve de referencia para tomar a derecha el camino correcto pero nos equivocamos de senda y nos desviamos demasiado a la derecha. Este «fallico» «solo» supuso un retraso de 50 minutos en la aproximación y abrir huella, como se ve en las 2 imágenes a continuación.
Abrir huella es una actividad agradable y disfrutona, y así poco a poco, hundiéndonos en la nieve a cada paso con la ayuda del peso de nuestras mochilas dimos un pequeño rodeo de 50 minutitos que nos llevó a la entrada del embudo.
Nunca me canso de ver este paraje. En 2 palabras como diria Jesulín si fuera montañero: espectacular y alpino.
En este punto, a la entrada del embudo, coincidimos con 2 colegas que subian to tiesos parriba también y decidimos unir muchas fuerzas y poca conversación para llegar juntos a la cima. El colega de rojo que se ve pequeñito en el centro de las 2 fotos anteriores nos da una idea de las dimensiones de la puerta de entrada a la Sagra.
Pasado el estrechamiento que hay a la entrada del embudo se accede a este y se va ensanchando como si fuera un triángulo invertido (un embudo). El juego consiste en subir durante una hora y media a piñon fijo por una pendiente de 40º en la que está prohibido caerse pues suele haber mucho hielo y como que no apetece estresarse con una caidita. En esta ocasión el centro del embudo estaba bastante pelado de nieve pues el viento se la habia llevado acumulándola en partes más bajas (la aproximación donde tocó abrir huella).
Decidimos tirar lo más a la derecha posible del embudo sin perder la perpendicular de la piedra de los caramelos. En las dos fotos a continuación se puede apreciar la falta de nieve en el embudo, que contrasta con la abundancia que habia más abajo, antes de entrar en éste.
A mitad de ascensión decidimos que era momento de hacernos algunas fotos y charlar un poco para conocernos mejor. Cualquier excusa es buena para recuperar el aliento.Como ya habiamos recuperado el aliento y la sonrisa pues otra vez to tiesos parriba. Un alto en la piedra de los caramelos, de la que no hay fotos porque no tenia ganas de hacerlas hombre, a tomar aire y otra vez parriba. Cuando pasas la piedra de los caramelos estas cerca de la cima pero es engañoso porque parece que ya has llegado pero aún queda media horita de cuesta. A partir de aquí se intuye cada vez más la proximidad del collado de las víboras y por tanto la de la cima. Que por qué se intuye… se aprecia en la próxima foto.
La brisa helada de la Sagra comienza a dejarse notar, conforme nos aproximamos más a cumbre aumenta la fuerza con que nos saluda. Esta brisa es una constante, raro es el dia que no sopla, y con ganas, en el collado y de ahí a la cima.Música para este epílogo.
Las montañas siempre están ahí y si os apetece aquí estamos para la próxima.




















Muy bonitas fotos compañero. He llegado a ellas pensando y recordando la ruta que hemos hecho un grupo de personas este fin de semana, aunque había más nieve que la que se ve en tus fotos, las condiciones en la cima y la cresta eran muy similares.
En unos días subiré algunas de las fotos que hice al Flickr, probablemente con el título Ruta Invernal por La Sagra o algo así, por si te apetece buscarlas dentro de unos días.
¿Alguna vez has llegado a sentir las puntas de tus dedos insensibilizadas, dormidas, tras haber realizado una ruta así?
Un saludo.